P A S A J E R O

Por José Luis Capdevielle

Debido la sociedad moderna en la que vivimos, de ritmo acelerado y constante crecimiento; donde mayor es el número de población y los problemas de movilidad son cada vez más constantes, es el transporte público aquel que supone ser un servicio primordial en la vida cotidiana de casi todos los ciudadanos.

Paralelamente, un viaje en un medio de dicha clase posee similitudes con la vida en el exterior; donde la gente puede buscar un objetivo, sea en compañía o solitariamente; donde un mismo destino es esperado por otros, a la vez que algunos pueden disfrutar de ciertas comodidades, otros deben luchar por mantenerse de pie.

Es así como aquí, la palabra “pasajero” adquiere un significado un tanto alejado de la definición que refiere a aquellos que se encuentran en medio de un viaje en el transporte público; para convertirse en un sinónimo a “temporal”, donde todo lo se vive en el transcurso, en algún momento llegará a su fin; ya sea en progreso o no, o dar un paso hacia la luz u otra clase de sombras.

Aquí, la esperanza puede ser vista por los cristales desde el interior, esperando alcanzar algo mejor, pues por más que el trayecto sea placentero, llegará un momento en el que el viaje llegue a su fin.

Es por esto que se trata de una analogía entre  la utilidad primaria de los servicios del transporte público: para ir de un punto a otro; y el camino por el que se alcanza un objetivo: repleto de advertencias y apoyos, obstáculos y comodidades, donde un compañero a su vez puede convertirse en un rival que podría llegar a la menta antes que nadie.