domingo, 9 de diciembre de 2012

Tradición en pocos hombros
Por Valeria Mc Millan

Hace dos años realicé “Suspendidas en el tiempo” un reportaje en el que retraté lo que queda de las calandrias en Guadalajara. Esta vez el viaje fue más largo, hasta la casa del cochero.


Conocer el oficio de los “cocheros”, como debe nombrárseles, sensibiliza ante una tradición que hemos hecho nuestra sin conocerla. Son pocas las familias que sostienen la existencia de las calandrias en el centro tapatío. Dicen los cocheros que éste es un oficio que se hereda y se disfruta. No es complicado ni pesado iniciar la jornada, lo más difícil es conseguir el pasaje. A continuación, lo que queda de las calandrias.










No hay comentarios:

Publicar un comentario