viernes, 7 de diciembre de 2012

Transporte público: la otra cara de la ruta.
Por: Diana Ocampo

Transporte público, un tema de mucha polémica en México, es la constante discusión entre choferes, gobierno y sociedad, pero nos centraremos tan sólo en la situación que actualmente se vive en el estado de Jalisco.

En la zona metropolitana de Guadalajara existen más de 200 rutas de diversas empresas de transporte que atienden a más de un millón de habitantes día con día, números bastante desproporcionados, pocas unidades para demasiados usuarios. Pero este no es el principal problema que nos interesa, la mayoría de las personas que hacen uso del transporte público, podrían resumir la calidad del servicio como pésimo.

No obstante, sin temor a equivocarme, alzo la voz en nombre de todos aquellos quienes no han sido escuchados, a los designados como el villano en un cuento de nunca acabar, una mirada a la otra cara de la moneda, a la otra cara de la ruta, los operadores, para decir que el problema no son ellos sino las empresas para las que trabajan, las autoridades y la misma sociedad en conjunto. Sí, son ellos, los choferes los que ofrecen no un servicio deficiente, sino el reflejo de las condiciones laborales a las que deben afrontarse a diario para sobrevivir: sueldos desequilibrados, jornadas de entre diez y doce horas al día, prestaciones laborales mínimas, autoridades corruptas, delincuencia y poco apoyo por parte de las mismas empresas.

En un recorrido por una de las múltiples rutas de la ciudad, un operador que lleva ocho años como conductor de transporte público, describió su trabajo como bueno y honorable, pero afirmó que desafortunadamente, gracias a los medios de comunicación, se convirtieron en la comidilla de todos, las personas viven desinformadas sobre la verdadera problemática en el servicio y a nadie le importa. Él mismo relata cómo las personas se quejan de que las unidades están sucias, cuando son las mismas personas las que dejan basura, grafitean y dañan los camiones, “me han dejado hasta pañales sucios y toallas sanitarias” relató.

Otro operador, con 19 años en el oficio, comentó que existen muchas irregularidades e incomprensión hacía ellos por parte de sus jefes y las autoridades. La empresa se deslinda de cualquier asunto que tenga que ver con los operadores y las unidades, pero sí están prontos para auditarlos y exigirles cosas que a ellos no les corresponden, en cuanto a las autoridades, comenta por ejemplo como vialidad los multa por llevar los vidrios polarizados sin tomar en cuenta que pasan horas conduciendo con la intensidad del sol que los abruma y ciega en determinadas horas del día.

Los operadores piden que se reconozca su labor, que se les mire como personas y como la escoria vial, ellos mismos reconocen que algunos de sus compañeros no son los más aptos para el oficio, pero que son mínimos comparados con los que realizan su trabajo con honestidad y esfuerzo para sobrevivir.

Estas imágenes son una pequeña reflexión de la verdad oculta, de los que cargan una deficiencia social ajena que afecta a todos y que parece no interesarle a nadie.









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